sábado, noviembre 16, 2024
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Un regalo más de Navidad

Por: Alba Juárez Amador.

Con motivo de la Navidad, el Santo Pontífice bendice al mundo entero con la conocida bendición Papal que conocemos como: “La bendición ‘Urbi et Orbi”.

Este hecho se remonta a la época del Imperio Romano y en “condiciones” normales, la imparte desde el balcón de la Basílica de San Pedro, las palabras con las que se dirige a todos son la fórmula: “Urbs et Orbis”, las cuales fueron usadas por primera vez en el título de la basílica de Letrán: “omnium Urbis et orbis ecclesiarum Mater et Caput”, letras que enmarcan la primera iglesia catedral, construida en Roma durante el tiempo del emperador Constantino.

Dicha bendición la da el Santo Padre sólo en el día de la Natividad del Señor y en el Domingo de Pascua de la Resurrección, pero este año ha sido especial, y como recordamos, el pasado viernes 27 de marzo, debido a la situación de la pandemia, su Santidad decidió bendecir al mundo.

El día de hoy, el Papa Francisco impartió esta tradicional Bendición en el aula de la Basílica Vaticana debido a las restricciones sanitarias por el COVID-19, y acompañado por un pequeño grupo de personas representativas de todos los grupos que conforman la Iglesia, Él rezó para que “la Palabra eterna del Padre sea fuente de esperanza.

Cabe destacar que esta bendición concede la Indulgencia Plenaria, lo que es el perdón de Dios de una pena temporal de los pecados.

Cuando se comete un pecado, el creyente se arrepiente y pide perdón a Dios, Él perdona, pero queda una consecuencia de ese pecado, que se necesita purificar antes de la muerte, por eso la iglesia, ayuda a lograrlo mediante la indulgencia parcial o plenaria. Los pecados son perdonados en cuanto a la culpa, y es aplicable a uno mismo o a difuntos, pero que no se puede recibir para otras personas vivas.

Así la indulgencia plenaria aplica para librar de la pena temporal de pecados confesados y perdonados, desde el momento del bautismo hasta la fecha en que se obtenga la indulgencia plenaria. También la puedes ganar por un difunto, pues lo libra de la pena de sus pecados perdonados, lo cual podría ayudarle a salir del Purgatorio e ir al cielo.

Luego de haber recibido esta bendición, es necesario cumplir con las condiciones particulares que la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede determina, por orden del Santo Padre:

  1. Estar en gracia de Dios y tener total rechazo al pecado (habiéndote confesado). 2. Asistir a misa completa (a la mayor brevedad posible debido a la pandemia);
  2. Comulgar (en el caso de este 2020 a la mayor brevedad posible debido a la pandemia).
  3. Orar por las intenciones del Papa (por ejemplo: un padre nuestro, Ave María y Credo).

En otro apartado de nuestra página te compartimos el texto completo del mensaje del Papa Francisco.

 

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