miércoles, julio 24, 2024
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La sagrada imagen de nuestra Señora de Guadalupe, al vestirse de la cultura de los pueblos del Anáhuac, trajo para ellos un mensaje, el cual rápidamente interpretaron y asimilaron a través de su sagrada imagen, gracias a su conocimiento, no de las letras sino de figuras y caracteres. Fue desde entonces, la milagrosa imagen de Santa María de Guadalupe un libro abierto donde ellos leyeron la voluntad de la preciosa Señora.

Teofanía

Jesucristo, el Hijo de Dios, llega a través de nuestra Señora de Guadalupe. Ella, como Aurora luminosa, anuncia la salvación a estas tierras del Valle de Anáhuac.

Esto nos recuerda, en el pensamiento cristiano, la encarnación del Hijo de Dios: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros’’ (Jn 1, 14).

 

Su nombre “Tle-cuauh-tlacup-euh”

Guadalupe, según la etimología del náhuatl por el P. Mario Rojas (†) significa “la que viene de Oriente, como el Sol”; o la que procede de la región de la luz, como el “Águila de Fuego”: Tle = fuego; cuauh = águila (sol); tlacup = Oriente (región da la luz); euh = levantarse, proceder.

 

El Ayate (tilma)

Perteneció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Mide 1.68 x 1.05 m, elaborado con fibras de ixtle, de una textura imperfecta, contraindicado para pintar sobre su durabilidad y conservación por más de 488 años a la fecha, es otro signo elocuente de su carácter divino.

En la tilma se estampó la verdadera imagen de nuestra Señora de Guadalupe. A simple vista, las huellas del ácido, que por descuido se derramó cuando se limpiaba su marco metálico, no le causó daño. El Ayate de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin es el acta de nacimiento del nuevo pueblo mestizo.

 

Fecha de aparición

Diez años después de la conquista, la Señora Cielo se hizo ver por el indio Juan Diego, en diciembre de 1531. En náhuatl “metlactli omey acatl” que quiere decir “Año 13 carrizo” que abarca del 2 de febrero de 1531 al 1 de febrero de 1532; el anterior regreso de Quetzalcóatl sucedió en 1519 a la llegada de los españoles.

Y en 1531 la conjunción de Venus-Quetzalcóatl tendría la plenitud de la trecena de días y trecena de años; para el tenochca, el número “13” es el número perfecto, lleno de plenitud, el doblemente “13”. Es el nacimiento del Sol.

 

Cabello de la Virgen de Guadalupe

Su cabello suelto indica su condición de doncella Virgen, a diferencia de las indígenas casadas que llevaban el cabello atado en forma de trenzas.

 

Rostro de la Virgen de Guadalupe

Su rostro de alrededor de 16 años, de joven y madre niña, encarna en sus facciones no al indio ni al español, sino al mestizo, síntesis de una nueva raza cósmica.

En 1531 no había jóvenes mestizas de esa edad. Su mirada contemplativa, con la que “perfectamente a todas partes está mirando”, refleja serenidad, ternura y bondad. Entre los indígenas no era correcto mirar de frente, por eso Ella se dirige a nosotros con la cabeza inclinada en señal de reverencia y respeto. Nos mira no como esclavos, sino como hijos amados.

 

Ojos de la Virgen de Guadalupe

Por serios medios científicos y usos de las técnicas más modernas de computación digital, el Dr. J. Aste Tönsman descubrió la presencia de 13 personas en ambas córneas y el burdo material del Ayate. Esto hace imposible pintar estos detalles por la mano del hombre.

 

Broche ovalado

El broche en el cuello de la Virgen es la síntesis de dos culturas. La Cruz española en el óvalo es el símbolo del Evangelio. La posición del broche, según el pensamiento náhuatl, destaca la importancia de “Cristo” sobre Santa María.

La Cruz Negra recordaría a Quetzalcóatl, que se convirtió en la hormiga negra para obtener el maíz que poseía la hormiga roja en Tonacatepetl, cerro del sustento, y así se creó la quinta humanidad formada por Quetzalcóatl que dio su sangre para amansar el polvo de sus huesos traídos del Mictlán, como el sacrificio de Cristo que derramó su sangre por todos nosotros.

 

Flor de cuatro pétalos

Esta flor es uno de los símbolos más altos de todo el pensamiento religioso y cosmogónico de los aztecas. En la Guadalupana es la única flor en su estilo y excelsa significación. Indica los cuatro movimientos del sol, unidos por un quinto elemento que da equilibrio y estabilidad.

La ubicación central de esta flor en la imagen conocida también como “Nahui Ollin”, es la representación de la maternidad de Santa María. Ella es la Madre del Niño Sol, quien es el autor y dador de Vida. Para los indígenas, esta flor les indica los 4 puntos cardinales, las 4 estaciones marcadas del año, 4 épocas pasadas, esperando el regreso de Quetzalcóatl, el quinto sol en plenitud, que coincide con el solsticio de invierno, tiempo y forma de 1531.

 

Flor de ocho pétalos

Las 8 flores de 8 pétalos representan la conjunción del Sol y de Venus. Éstos coincidían cada 104 años solares, equivalentes a 65 astros venusianos.

Tanto el año sagrado de 260 días, el solar de 365, junto con el año de Venus de 584 coincidieron con la llegada de Santa María de Guadalupe Virgen, madre y maestra de nuestra humanidad.

A partir del 12 de diciembre de 1531, el hombre y el universo se encontraron para comenzar una época nueva, bajo el nuevo Sol.

 

La luna

Significado en náhuatl de México: “El Ombligo de la Luna”: Me-tztli = Luna; xi-ctli = ombligo o centro; Co = (partícula locativa) en.

La Virgen está de pie, dando un paso sobre la Luna, toda ella es un Sol, y que danzando fertiliza y produce la vida con las diferentes estaciones. La Luna alude al nombre de “México-Tenochtitlan” y con una nobleza que no es esclavizante, nos da el apoyo del sexto sol al pueblo Mexica. Ninguna cuestión supersticiosa o cuernos ajenos, sólo cultura pura.

 

Su zapatilla

Casi imperceptible, vemos el calzado derecho de la Virgen. Es de un tono ocre, amarillo cenizo, muy similar al de la túnica.

 

El ángel

Inconfundiblemente el ángel que sostiene a la Señora del Cielo es indio, no es un niño, sino un joven de semblante grave y adulto. Este joven guerrero águila pertenece a los Cuauhtli-Ocelolt, ejércitos del sol. Sus manos en alto comunican al cielo con la tierra.

El ángel representa a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin (la Aguilita que habla) “el hombre fiel y verdadero” que nos enseña “el camino que llega a la Virgen Morena del Tepeyac (san Juan Pablo II); y en el pueblo de México, los tres colores de sus alas nos remiten al ámbito de lo sagrado, aves sagradas y, con el paso del tiempo, los colores de nuestra identidad nacional.

 

 

 

 

Cabellera del ángel

Una característica de los “macehuales” (gente del pueblo) era rasurarse la cabeza que significaba “ser merecido por la sangre de Dios”. Los recién bautizados en aquel entonces eran rasurados por algunas Órdenes Religiosas para distinguir las diferentes clases sociales; los indígenas se rasuraban la cabeza en diferentes estilos.

La iluminación del ángel emana directamente del cuerpo de la santísima Virgen e ilumina la parte superior de su cabeza y brazos.

 

Nubes

Para los tenochcas, las nubes que rodean la imagen se asocian con la altura, la elevación del espíritu e indican lo divino, además de simbolizar la vida. También anuncian la llegada de una nueva era en la que Ometeotl desciende a México.

 

Glifos de la túnica guadalupana

Los tallos de los arreglos florales nacen del manto de la Virgen (que significan el cielo) según lo pintan los tenochcas y significa un río que surca los campos para regarlos y reproducir alimentos y dar vida. Las hojas y flores que salen del tallo-río es el jeroglífico del fuego nuevo Atl-Tlachinoili “Agua Quemada”, una de las metáforas de la guerra. Este símbolo asume todo su pasado, porque allí surge un pueblo nuevo, guiado por Santa María que es la madre de Ometéotl, triunfadora de la guerra que no destruye.

El tallo tiene una flor en botón, que significa la insistencia del mensaje y remata con una gran hoja en forma de tepetl. La túnica presenta 5 clases de flores:

-1 de 4 pétalos, que es la más importante, y representa al Niño-Sol, Jesucristo.

-8 flores de 8 pétalos que representan la conjunción del Sol y Venus.

-3 flores en botón, que están al borde de los tepetl, y que representan a Venus.

 

Rayos solares

Los rayos serpenteados unos y otros en forma de flecha dan a la sagrada imagen una aurora de luz. Parece que salen de Ella, indicándonos que está dando a luz al sol y siendo éste el mejor símbolo para representar a Dios en la tierra. Entonces está dando a luz a Dios, a Ometéotl, que es Cristo Jesús, representando en la flor de cuatro pétalos que está en su vientre, sobre la túnica. La Virgen capturó al Sol, lo hizo suyo, está llena de Él.

 

Boca de la santísima Virgen de Guadalupe

Tiene labios muy delgados, y el inferior, o por contingencia o misteriosamente tenga una amarra o nudo del Ayate, le da un tanto de gracia, una leve y tierna sonrisa.

 

Manos de la Virgen

Sus delicadas manos están juntas en posición europea de oración. Por otro lado, indican la construcción de la “Casita Sagrada”, Teocalli, que a Juan Diego pidió y tramitará ante el obispo Fr. Juan de Zumárraga. Petición que se traduce en una nueva sociedad, en un nuevo pueblo donde todos sean iguales entre sí. Las manos de la Virgen son distintas una de la otra. La derecha es más blanca y estilizada, mientras que la izquierda más morena y llena. Aquí, nuevamente podríamos hablar de la síntesis de dos culturas: españoles e indios.

 

Cinta (moño negro)

El moño negro anudado en la parte superior del vientre anuncia su maternidad, además de ser indicativo de una mujer noble. El Nican Mopohua así se refiere a Ella. Las mujeres indígenas cuando estaban embarazadas se ceñían arriba de la cintura para dejar libre el abultamiento del vientre.

 

 

 

 

Tepetl

Tienen la forma de cara-corazón y en su perfil la forma de volutas del hablar y del cantar, como aparece en los códices, y significa que está dando un mensaje universal a la humanidad.

Y representa el Tepeyac = Teotlatoltepec o Teocuicatepec, que quiere decir en el cerro de la palabra divina o cerro del canto divino, que tenía lugar cada 52 años. El Tepetl tiene cinco direcciones: Oriente, Occidente, Norte, Sur y el Cenit que está en el centro, formando la quinta dirección.

 

El manto

El manto, de color azul verdoso tornasol) representa el cielo, y cubren de la cabeza a los píes 46 estrellitas de ocho puntas que con el centro dan el número nueve. Este número recuerda el nacimiento de Quetzalcóatl. Su manto tachoneado de estrellas es semejante al de los más altos tlatoanis. Científicamente las estrellas del manto están en la posición, como estaba el firmamento al 12 de diciembre de 1531, según el programa de computación Distant Suns que estudia la posición de los astros. Símbolo de servicio total. Color de aves sagradas.

 

Túnica de la Virgen

La túnica es de color rosa con sombras carmesí y representa a la tierra. Las varias figuras que bañan la imagen en color oro, en las que se encuentran nueve arreglos florales, significan desde esta visión los nueve pueblos que llegaron de Aztlán para fundar la gran Tenochtitlan, según narra el códice de 1576. Tiene la túnica un sobrante de tela, ribeteada por un galón dorado. Guarda similitud con el manto que en sus extremos sujeta el ángel, el cual significa la unión de la tierra con el cielo (túnica y manto).

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