La Epifanía, tiempo de manifestar a Jesús con nuestro testimonio.
Por: Silvia del Valle
Epifanía significa manifestación, es así que la Solemnidad de la Epifanía es cuando celebramos la manifestación del Señor a los gentiles representados en los magos de oriente. Ellos, lo reconocen como el Mesías y le ofrecen regalos.
En nuestros días nos toca hacer lo mismo, reconocer a Jesús como el Señor de nuestra vida y darle regalos, por eso aquí te dejo mis 5Tips para vivir esta fiesta al máximo:
PRIMERO. Que nuestra familia sepa el sentido trascendente de la Epifanía.
Y es que la sociedad nos invita a darle un sentido superficial y hasta falso a esta solemnidad.
Es muy fácil que nos dejemos llevar por estas ideas si no tenemos claro lo que verdaderamente significa la Epifanía.
Es bueno también que lo podamos compartir con nuestros hijos al nivel de cada uno. Para eso tenemos material didáctico, videos, cantos, etc., en los que nos podemos apoyar.
Y por supuesto que podamos asistir a Misa juntos es básico.
SEGUNDO. Si tienes hijos pequeños que hagan su cartita a los Reyes pidiendo lo que más anhele su corazón.
Una de las tradiciones más lindas en nuestra sociedad es que los niños le escriban cartas a los Reyes Magos para pedirle regalos como los que le llevaron a Jesús.
Nosotros debemos explicarles a nuestros hijos el sentido más profundo de esta tradición y, dependiendo de la edad, ayudarles a que sepan pedir adecuadamente lo qué hay en su corazón.
Es bueno que pidan juguetes, que pidan ropa, que pidan lo que más les hace falta o les ilusiona, pero también es bueno que aprendan a pedir lo que más le hace falta a la familia, aquello que no necesariamente es material pero que traerá grandes bienes a la familia.
TERCERO. Preparemos regalos para Jesús.
También es bueno ponernos en el lugar de los Magos de oriente y prepararle regalos a Jesús que le podemos ofrecer para expresarle nuestro cariño y reconocerlo como el Rey de nuestra vida y de nuestra familia.
Estos regalos no tienen que ser materiales, es mejor si son espirituales y de actitudes, por ejemplo, si me cuesta mucho trabajo no enojarme le puedo ofrecer tratar de no hacerlo por amor a Él.
Podemos comenzar a trabajar en esto desde ya, pero como tenemos poco tiempo, también podemos ofrecerle hacerlo en el futuro, puede ser un número determinado de día o un número concreto de veces.
Podemos hacer una tarjeta para ofrecerla en misa, llevarla al Santísimo o ponerla en el altar familiar o podemos hacer algún dibujo o carta, no importa el formato, lo importante es que le expresemos nuestros regalos.
Jesús aprecia mucho los regalos salidos del corazón y por lo tanto los toma con mucho cariño.
CUARTO. Compartamos con lo que nos rodean.
Cuando estamos felices hacemos fiesta e invitamos a nuestros conocidos, familiares y vecinos.
Podemos organizar una pequeña cena familiar, una convivencia con los vecinos o amigos y compartir el sentido real de la Epifanía y también un rico café y la tradicional rosca de reyes.
En realidad no importa que tan grande o pequeña es nuestra celebración, lo importante es que podamos compartir los regalos que le preparamos a Jesús con los más cercanos y así dar testimonio de que tenemos a Jesús como nuestro Rey y Señor y así lo reconocemos tanto en privado como en público.
Y QUINTO. Oremos por los que en ese tiempo, no reconocen a Jesús como el Mesías.
Sabemos qué hay personas que no tienen la gracia de poder reconocer a Jesús como el Rey de su vida, pero debemos orar por ellos para que, con la gracia de Dios y quizá con nuestro testimonio vayan cambiado su forma de ver las cosas y comprendan que Jesús ha venido a salvarnos a todos.
La oración por alguien es la caridad más grande que se puede tener y también es como abrazarle con el alma, es por esto que debemos ser generosos y hacer oración por las personas que están alejadas de la Verdad, unas por ignorancia otras por tradición y otras porque aún no les ha llegado la Buena Nueva.
No importa cuál sea el motivo, nuestras oraciones les van acercando poco a poco y así ponemos un granito de arena para que abran sus corazones a la gracia de Dios.
Al final de cuentas, nuestras oraciones por ellos también son un regalo para Jesús pues estamos buscando acercar a más personas a Él.
Bendecida Epifanía.