Por: Prof. Ramón Martínez Hernández
Una de las más valiosas joyas arquitectónicas de la Puebla de los Ángeles que ha sido admiración de propios y extraños que visitan nuestra ciudad es la internacional Capilla de Nuestra Señora del Rosario, consagrada el 16 de abril de 1690.
Con el paso de los siglos la Capilla del Rosario, nombre común con el que la llamamos cotidianamente, ha recibido los más grandes elogios de historiadores, investigadores, arquitectos, sacerdotes, artistas y del pueblo en general. El célebre Diego de Gorozpe la bautizó con el nombre que ha recorrido el mundo entero, “La Octava Maravilla del Nuevo Mundo”. El investigador Juan Enrique Palacios la llama “Gema del Arte Colonial de Puebla”. Esta capilla tan poblana está considerada como “La Joya del Barroco Exuberante de México” y la más representativa de la segunda mitad del siglo XVII.
El interior de la citada capilla es un portento por su belleza y un himno a las laboriosas manos de nuestros indígenas que la realizaron. Una gruta encantada en la cual la visión artística no tuvo límite para cuajar cada centímetro con flores y frutas, ángeles y serafines, mármoles y bronces, pinturas y esculturas, santos y santas, retablos y relieves que se conjugaron para trascender generaciones y siglos. 
La Capilla de Nuestra Señora del Rosario, punto de visita obligada para el turismo internacional, tuvo un costo de cien mil pesos, aportados por la generosidad del pueblo, según dice el investigador José Pablo Almendaro.
La Capilla del Rosario, en su conjunto es una obra de arte en la que se pueden admirar por separado las pinturas que representan los pasajes alusivos a los gozos de la Virgen María, realizadas por José Rodríguez Carnero. La obra pictórica se complementa con los lienzos que representan la Asunción de la Virgen María a los cielos, y la Coronación de María Santísima. Qué decir de la Alegoría Mariana que cubre el muro trasero del altar mayor y los relieves que representan el nacimiento y la presentación al templo de la Virgen María.
Lo primero que sorprende al visitante es el dorado trono, altar o baldaquino en que descansa la escultura de Nuestra Señora del Rosario, realizada por el artista Lucas Pinto en el siglo XVII.
Trescientos treinta años han pasado desde aquel 16 de abril y la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, continuara siendo el más importante atractivo turístico de la Puebla de los Ángeles, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
