JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA 2020
La Jornada de la Vida Consagrada se celebra el domingo 2 de febrero, fiesta en la que se hace memoria de la Presentación que María y José hicieron de Jesús en el templo «para ofrecerlo al Señor» (Le 2, 22).
OBJETIVO
La Jornada tiene como finalidad alabar al Señor y darle gracias por el don de la Vida Consagrada, que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas; promover en el Pueblo de Dios su conocimiento y estima; celebrar las maravillas que el Señor ha realizado en las personas consagradas (cf. SAN JUAN PABLO II, Mensaje para la 1 ª Jornada de la vida consagrada, 1997).
PARA LA IGLESIA
El Papa Francisco hace una descripción de la Vida Consagrada:
«”La vida consagrada es un don para la Iglesia, nace en la Iglesia, crece en la Iglesia, está totalmente orientada a la Iglesia”. De aquí que, como don a la Iglesia, no es una realidad aislada o marginal, sino que pertenece íntimamente a ella, está en el corazón de la Iglesia como elemento decisivo de su misión … ; por tanto, “pertenece sin discusión a su vida y a su santidad” (LG, 44)» (Carta apostólica a todos los consagrados con ocasión del Año de la Vida Consagrada, 2014, III, 5).
La Iglesia particular -afirma el Papa- no respondería plenamente a lo que Jesús ha deseado para su Iglesia, si estuviera privada de la Vida Consagrada, la cual hace parte de su estructura esencial, de la misma manera que el Laicado o que el Ministerio Ordenado.
Es por esta razón que, a la luz del Concilio Vaticano II, hoy se habla de co-esencialidad de los dones jerárquicos y de los dones carismáticos (LG, 4), que fluyen del único Espíritu de Dios y alimentan la vida de la Iglesia y su acción misionera. Estos dones están destinados a contribuir, de diversa manera, a la edificación de la Iglesia, en una relación armoniosa y complementaria (cf. A los participantes al Congreso Internacional para Vicarios Episcopales y Delegados para la Vida consagrada, 28-X-2016).
PGP
El Proyecto Global de Pastoral 2031 +2033 de la Conferencia del Episcopado Mexicano (PGP), agradece el don de la Vida Consagrada, la valora, la alienta y la impulsa a fin de que sus carismas colaboren en la edificación de la Iglesia:
– Un reconocimiento eclesial: ” … reconocemos la presencia generosa y comprometida de las diversas órdenes y congregaciones religiosas, mujeres y hombres, que llenos de celo apostólico proclamaron con valentía y creatividad la Buena Nueva en estas tierras. La vida consagrada, como parte esencial de la Iglesia, ha sido desde su inicio una verdadera bendición para la Iglesia de estos lugares … Valoramos la presencia y la entrega sin reserva de tantos consagrados, que a lo largo de estos siglos han entregado sus vidas al servicio del Evangelio” (nº 72).
–Una invitación a regresar a las fuentes: “Evidenciamos, sin embargo, que actualmente muchas de estas órdenes religiosas han perdido su espíritu evangélico original. .. ” (lb.)
–Un llamado a la sinodalídad: “Valorar la presencia y el testimonio de las consagradas y consagrados, para que, desde su carisma, busquen vivir más auténticamente el espíritu original de su instituto religioso y se fortalezca su integración en los procesos evangelizadores de las diócesis donde se encuentran” (nº 179, f).
–Una preocupación vocacional: “Reconocemos que en muchas diócesis y órdenes religiosas de México existe una verdadera crisis de vocaciones para la vida presbiteral y consagrada. La vocación presbiteral y la vida consagrada, son un don de Dios para su pueblo, es el Señor quien habla al corazón de sus hijos para invitarlos a participar en su proyecto de amor en el servicio de su Reino dentro de la Iglesia” (nº 74).
–Una voz profética: “Como Obispos, junto con los presbíteros y diáconos, somos también, por nuestro bautismo, parte del Pueblo de Dios, y unidos a esta gran fuerza que son todos los fieles laicos, las consagradas y consagrados, queremos emprender nuestra misión, con gran esperanza y renovado entusiasmo, inspirados en el PGP. Deseamos que nuestro testimonio como Iglesia en México, fruto de una auténtica conversión pastoral y nuestra voz profética, anime y acompañe el caminar de nuestro pueblo hacia este horizonte al que anhelamos llegar en el 2031+2033” (nº 192).
ACOGER EL DON
El Papa Francisco exhorta tanto a los obispos como a los consagrados:
A los obispos corresponde acoger cordialmente y con alegría la vida consagrada, como una realidad que está “en el corazón mismo de la iglesia” y “como elemento decisivo de su misión”, en cuanto pertenece a su vida y a su santidad.
“Animo a los Pastores a manifestar una especial solicitud para promover en sus Iglesias los diferentes carismas, sean antiguos o nuevos; a estar cercanos a los consagrados, con ternura y amor, y a enseñar al Pueblo de Dios el valor de la Vida Consagrada” (A los participantes al Congreso Internacional para Vicarios Episcopales y Delegados para la Vida consagrada, 28-X-2016).
A los consagrados recuerda que su carisma y la catolicidad de la Vida Consagrada se manifiestan también en el contexto de la Iglesia particular: Los consagrados no son “un patrimonio encerrado”, sino “una faceta integrada en el cuerpo de la Iglesia, atraída hacia el centro, que es Cristo” (cf. ib.).
Que esta Jornada nos ayude a acoger el don de la Vida Consagrada en sus diversas formas y carismas, y quienes han recibido este don mantengan viva la savia del Evangelio en medio de nuestra sociedad, tan necesitada de la alegría del testimonio de la misericordia; la fidelidad a la causa del Evangelio es prioridad de su misión.
+ Julio C. Salcedo Aquino, m.j.
Obispo de Tlaxcala
Dimensión Episcopal para la Vida Consagrada