“¡Sed auténticos!”, en un libro la comunicación al estilo del Papa Francisco
Hay algunas palabras que el Papa Francisco repite con frecuencia y que se han generalizado, como “ternura”, “misericordia”, “el tiempo es superior al espacio”, “iniciar procesos en lugar de ocupar espacios”, o incluso “discernimiento”, “desgarrar la Tercera Guerra Mundial”, “diálogo”, “servicio”, “escucha”, “esperanza”, etc.
Y hay algunos gestos del Papa Francisco que son inolvidables para muchos de nosotros. Quién no recuerda la imagen de Francisco lavando los pies a los presos el Jueves Santo, arrodillándose ante los líderes de Sudán del Sur para suplicarles que trabajen por la paz en su país; o las caricias a tantos niños y ancianos, discapacitados y víctimas de la trata.
Pero también las fotos del Papa subiendo la escalerilla de un avión con su inseparable bolsa negra en la mano o bajando de un simple coche utilitario llegando a algún lugar donde la gente le espera. El Papa Francisco quiere comunicar y sabe que la comunicación debe llegar a la mente y al corazón de las personas. A menudo se emociona y despierta emociones.
El libro presentado en Radio Vaticano
“¡Sed auténticos!” es el título del libro del periodista vaticano colombiano Ary Waldir Ramos Díaz, publicado por Edizioni Lavoro, presentado en la sede de Radio Vaticano.
La autenticidad es la característica del Papa Francisco-comunicador que el libro propone examinando, precisamente, palabras y gestos de estos primeros ocho años de Pontificado.
En el encuentro, moderado por Alessandro Gisotti, subdirector editorial de Vatican Media, participó el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo; Eva Fernández, corresponsal para Italia y el Vaticano de Radio Cope; Jesús Colina, vicepresidente de la cadena católica Aleteia, y, por supuesto, el autor.
El subtítulo del libro es: “Con el Papa Francisco para mejorar nuestras relaciones y comunicación”.
Una comunicación que pretende tender puentes
En su libro, Ramos Díaz compara la comunicación del Papa con la forma de comunicar en esta época nuestra llamada “posverdad”. Y aporta ejemplos que subrayan tres dimensiones fundamentales en su comunicación: “profundidad”, “escucha” y, de hecho, “autenticidad”, elementos que indican en la construcción de puentes entre las personas, incluso las más distantes o diferentes, el objetivo general de su comunicación.
“Entender la comunicación de Jorge Mario Bergoglio supone acercarse al misterio de una comunicación inclusiva, llena de valores, abierta a la diversidad y a la creación de una comunidad”, escribe el autor en la introducción, que analiza “la comunicación no verbal e interpersonal del Papa a través del testimonio de personas que lo han conocido a lo largo de su vida -creyentes, ateos, colaboradores, amigos, figuras institucionales o simples testigos-“.
El objetivo del libro, siempre en palabras del autor, es ayudar al lector a emprender, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, “un camino de crecimiento personal y social (…). Un camino para derribar los muros de la indiferencia, el cinismo, el pesimismo y mejorar las relaciones interpersonales.
“En primer lugar, el Papa considera que la comunicación es una conversación con la persona que tiene delante, aunque tenga una multitud delante (de Ser auténtico, p. 26)”
Cardenal Grech: escuchar es un arte
El cardenal Grech participó en la presentación en Radio Vaticano, y dijo que una buena comunicación sólo puede surgir de la escucha.
No es casualidad que el Papa haya querido comenzar el camino sinodal precisamente escuchando al pueblo de Dios. Pero, ¿qué significa escuchar? El secretario general del Sínodo recuerda que ya en Evangelii gaudium, el Papa Francisco escribe que escuchar es más que oír.
Y comenta: “escuchar es un arte, un ejercicio no sólo de la mente sino también del corazón. No es en absoluto un acto pasivo, una ausencia de palabras”. Significa, continúa, “asumir una actitud de disponibilidad” hacia el otro “que siempre es un regalo para mí”.
Escuchar significa, por tanto, dejar espacio al otro, dejando de lado los prejuicios. Es vaciarnos de todo lo que nos hace sordos. En la base de la escucha, prosigue el cardenal Grech, siempre hay una relación y ésta implica reciprocidad. El cardenal cita el dramático caso de los malos tratos como ejemplo para decir que “no pocas veces al maltrato físico, psicológico, que se sufre”, se añade otro sufrimiento para la víctima: “el de una palabra que hiere en lugar de curar, el de una palabra que no ha escuchado”.
Por último, una mención al Sínodo que acaba de comenzar, que puede ser un momento oportuno para sanar las muchas heridas que llevamos como Iglesia, como sociedad y como humanidad”.
“Ayúdanos a escuchar a todos -concluyó el cardenal-, especialmente a los que viven en los márgenes, a los que han sido heridos por una Iglesia sorda y muda, a los que esperan un oído y un corazón dispuestos a escuchar”.
¡Sed Auténticos!